En donde andaba…

Conocí la revolución y no hablaba

la lengua de esos 22 tomos

que anotaste, decidido.

 

Era un bicho

oloroso, relampagueante.

Hambriento.

Como un lobo

a finales del invierno.

 

Pies y dolores marchando

sin freno como la memoria.

 

La querella de los siglos

huele a papa guardada

ya reseca y oscurecida

esencial alimento para todo tiempo.

 

Y no practica en su devenir

ni aniquilación ni venganza,

opera como una tormenta

y desaparece como el rocío.

 

                                para el Omar, en el rencuentro… junio de 2018.

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